Nitcis

Busco a tientas alguna arma con la que defenderse, procurando moverse lo minimo. Encontro una rama larga apollada en un pino al alcanze de su mano, la cogio i se preparo para el ataque. El perseguidor estaba cada vez mas cerca, reia que no la habia visto, entre toda la oscuridad, costaba distinguir las siluetas, si su atacante hubiera estado quieto, ella tampoco habria notado su presencia. Espero calculando la distancia mentalmente, i cuando juzgo que estaba a su alanze, de movio bruscamente procurando darle un golpe i dejarlo inconsciente antes de que los lobos atacasen. Despues solo tendria que atacar al lider de la manada i los demas se

Busco a tientas alguna arma con la que defenderse, procurando moverse lo minimo. Encontro una rama larga apollada en un pino al alcanze de su mano, la cogio i se preparo para el ataque. El perseguidor estaba cada vez mas cerca, reia que no la habia visto, entre toda la oscuridad, costaba distinguir las siluetas, si su atacante hubiera estado quieto, ella tampoco habria notado su presencia. Espero calculando la distancia mentalmente, i cuando juzgo que estaba a su alanze, de movio bruscamente procurando darle un golpe i dejarlo inconsciente antes de que los lobos atacasen. Despues solo tendria que atacar al lider de la manada i los demas se

No hice los deberes a pesar de todo el tiempo porque cuando me uni, solo faltaban dos dias para la entrega, y me emocione tanto al ser mi primera tarea, que fui a buscar informacion en la biblioteca, me distraia con cada libro interesante que caia en mis manos y cuando me di cuenta ya se anunciaba que me caia castigo. Pero debe entenderlo señor profesor, ¡En la biblioteca hay libros muy interesantes dignos de colecionista! Soy una apasionada de la lectura y se me pasan las oras continuamente, la verdad es que lamento enormemente haberle defraudado ya en la primera tarea. Por eso decidi aceptar el castigo sin oponer resistencia y ap

Era en una habitacion oscura, donde la unica fuente de liz era una vela que luchaba desesperadamente para no sucumbir a las tinieblas. Maladenn estaba ligeramente encorvada hacia delante, dejando que el pelo liso y castaño le cayera por delante de los hombros como si de una cascada se tratase. Solo se  oía el golpeteo ritmico del martillo en golpear la dura cascara de as almendras... toc... toc... toc... De repente, entro un chico en la habitacion, sosteniendo un candelabro de bronce, común, pero dando a sus movimientos un porte elegante. Se adivinan sus ojos brillantes y el pelo de este, de un tono cobrizo, devolvia los los